Quién no ha transitado en los años que lleva de vida una crisis, envuelta en el nombre de una circunstancia difícil para vivir y afrontar.
En el título de una enfermedad, una separación, la pérdida de un ser querido, la desilusión, la frutada sensación de no terminar o alcanzar determinada meta, el cansancio de una larga soledad etc, en tantos paquetes envueltos puede venir el regalo de una crisis que tiene como varios propósitos y un tiempo indeterminado a nuestro entender humano.
En fin poder mirar a esa crisis de frente y preguntarle ¿Qué me quieres enseñar? y dejarte llevar por sus infinitas respuestas, sin ofrecerle resistencias es el camino tal vez más corto.
Pero sucede que somos muy racionales y casi siempre intentamos buscar respuestas lógicas a una situación tan particular, y que generalmente se nos presenta con un gran propósito: NUESTRA EVOLUCIÓN.
Toma esta crisis con amor y sácale el miedo. ¿Qué tan terrible es entonces? Te está tal vez indicando a no repetir los mismos patrones que te llevaron al punto en el que te encuentras hoy, entonces mira y desarrolla diferentes caminos, haz las cosas de otro modo, pide al cielo ver esa situación con otra mirada, que no sea desde el ego sino con una capacidad más de templanza y misericordia hacia tu propia experiencia.
Nada de lo que te sucede es incongruente hasta eso que justamente está pensando en este instante, eso también viene a enseñarte algo y desarrollar una nueva fortaleza, escucha tu corazón, no cierres tus caminos desde la victimización y las debilidades humanas, mira tu luz, cree en ti, y dale una vuelta de 180 grados a ese asunto, cambia esa actitud, piensa en un YO SÍ PUEDO CON ESTO, es un trabajo de todos los días, aprende a felicitarte por tus logros, a generar pensamientos más sanos, a conservar un diálogo interno con más amor y perdón, y contempla este momento como un gran túnel de cambio donde hasta es necesario ciertos procesos para lograr luego un bello florecimiento.
Implica compromiso, voluntad, constancia y mucho amor propio para saber y reconocer que una crisis no es sinónimo de castigo sino tal vez es la estrategia más significativa para envolvernos en un crecimiento superior y ampliar nuestro nivel de consciencia.
Abraza esta crisis y úsala a tu favor, ya que cualquier ORUGA nunca olvida su proceso hasta convertirse en una hermosa mariposa.