El amor al prójimo, a los seres queridos, al hombre, a la mujer, a la vida, a Dios, ese insondable y misterioso sentimiento que como llega cargado de felicidad, puede marcharse saturado de tristezas.
Ese coqueto señor de las risas y llantos, de las ilusiones y los desengaños, de las esperanzas y las frustraciones. El amor, siempre el amor que corre por nuestras venas convertido en glóbulos rojos, por donde transitan besos y caricias, unión y desunión, pasiones y traiciones, el amor, siempre el amor como una tradición energética que alimenta la vida o se la lleva irremediablemente perdida.
Todos los 14 de febrero se regalan flores, cartas, bombones, cenas románticas, pasiones desenfrenadas, es que se conmemora el “día de los enamorados”. Lo que muchos desconocen que la fecha tiene un origen trágico, porque es un homenaje al sacrificio de amor que hizo el sacerdote Valentín Faustino de Berriochoa en el siglo III, durante el reinado del Emperador romano Marco Aurelio Valerio Claudio Gótico, conocido como Claudio II.
El monarca había decidido prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes soldados, porque sostenía que los solteros sin familias eran mejores en los campos de batalla, porque tenían menos preocupaciones. Esta situación molestó a Valentín que lo consideró un acto injusto y comenzó a celebrar estos matrimonios clandestinamente en los sótanos de la cárcel, enterado Claudio II mandó arrestarlo y ejecutarlo.
Mientras esperaba su muerte en prisión, el sacerdote observó que la hija del carcelero, que se burlaba de él, era una joven ciega, fue entonces que a través de oraciones constantes a Dios pidió por ella. Se comenta que Valentín estaba enamorado de la joven y mientras era llevado al lugar de ejecución le entregó al pasar un papel y le pidió que lo leyera, ella a pesar de recordar su ceguera lo abrió y por primera vez pudo ver, la frase escrita decía “Tú Valentín”.
La Iglesia católica lo ungió santo por su martirio y protector del amor y los enamorados, tomando el 14 de febrero del año 494 para comenzar a celebrar el día de “San Valentín”, hasta que el Papa Pablo VI dejó de celebrarla y en 1969 durante el concilio Vaticano II la eliminó del calendario de la Iglesia, aunque no pudo quitarla del romanticismo popular que continúa conmemorando la fecha en varios países del mundo. La hija del carcelero plantó en agradecimiento un almendro de flores rosadas junto a la tumba de Valentín, de allí surge que el almendro sea considerado símbolo del amor y amistad verdadero.
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre situada en la ciudad italiana de Terni y todos los 14 de febrero celebran en el templo un acto de compromiso de las parejas de enamorados, que planean unión matrimonial al año siguiente.
Así, cada 14 de febrero regresa la magia del amor, por sobre todas las cosas, siempre el amor.