Sororidad es un neologismo que se utiliza para referirnos a la solidaridad entre mujeres en cuestiones sociales que convocan al género. Este concepto promueve el fortalecimiento y el apoyo entre mujeres enfocado en la lucha contra la desigualdad.
Sabemos que en los últimos tiempos, las mujeres estamos alzando la voz y siendo cada vez más escuchadas en ámbitos, que históricamente, no estaban permitidos para nosotras. En la política, en la cultura, en el mundo de las ciencias, las empresas, la tecnología, nos encontramos cada vez mejor posicionadas y en muchas ocasiones, contamos con mejores herramientas para la gestión que los hombres.
Todo este posicionamiento cobra mayor relevancia cuando somos capaces de mirarnos entre nosotras, reconocernos en nuestras fortalezas y debilidades, fomentando la colaboración y la empatía.
Apoyarnos y promover el éxito de otras mujeres, nos libera de competencias innecesarias, permitiéndonos enfocar nuestro propósito, como una posibilidad colectiva.
Es importante mirarnos como aliadas celebrando los logros de otras mujeres, mientras sostenemos la mano de aquellas que aún están transitando momentos difíciles.
Cada una de nosotras es única y valiosa, irremplazable. Nadie puede opacar el brillo de otra. La sororidad contribuye al avance y fortalecimiento de todas. Al estar unidas, no solo avanzamos y crecemos individualmente inspiradas en otras, sino que somos capaces de superar obstáculos para cumplir metas que nos convocan a todas.
La sororidad nos invita a reconocer nuestras similitudes y valorar las diferencias.
La diversidad que habitamos nos permite trabajar juntas para crear un entorno en donde todas podamos crecer y desarrollarnos plenamente.
Al unirnos, podemos lograr cambios significativos en nuestras vidas y en la sociedad en general. Las mujeres somos la revolución, somos el motor de cambio.
Sé la mujer que arregla la corona de otra, sin decirle al mundo que estaba torcida”. Ana Maria Braga