Tal vez comienzas leyendo esta nota y de inmediato te surgen pensamientos e ideas que acercan a lo que tu llamas fracaso, sea en el ámbito laboral, económico, amoroso, familiar, social etc. Pero debo advertirte que nada de esas experiencias fueron un fracaso, todas y cada una de ellas te dejaron un gran aprendizaje.
Me preguntarás cuál será, que aún no descifro… busca en tu interior en cómo debiste transformarte para atravesar tales sentimientos, cómo dolió el corazón, integra todas las emociones que habitaron en tu alma, desde la plena incertidumbre, tristeza, enojo, hasta llegar a la calma misma… cuántos caminos de verdadero encuentro te exigió la vida para que te metas en tu profundidad y logres conocerte, mirar todas y cada una de tus fortalezas sin dejar nada de lado, ya que cuando aprendes a registrar los caminos del despertar ya no quieres, ni necesitas regresar al punto de partida, y allí justamente es cuando mirando hacia atrás y evaluando todo lo que emocional y físicamente pusiste para sobrellevar lo que te toco… ahí es aprendizaje y no un fracaso.
Debes aprender a reconciliar los modos de mirar tu vida y la de los que te rodean luego, no ser tan exigentes y perfeccionistas, recordando cada uno hace lo que puede con el nivel de consciencia que tiene en ese momento.
Si te miras desde el fracaso, no lo intentarás nuevamente ya que el temor a pasar por lo mismo te paralizará, el objetivo es saberse y sentirse un aprendiz y encontrar en cada ocasión un poco de sabiduría recordando que conocimiento es aprender algo nuevo cada día, mientras que la sabiduría es desapegarte de algo que ya no eliges para tu vida, a plena consciencia de tu bienestar.
Te invito a que realices el siguiente ejercicio: en calma… tranquila… y en un buen diálogo interno te preguntes de manera sincera… ¿qué ya no elijes más para tu vida? Y allí estarás transformando aquello que etiquetaste en fracaso por aprendizaje!