En tiempos difíciles la moda siempre es extravagante – Coco Chanel
Y entonces, la moda apocalíptica.
Un poco Semanas de la Moda y un poco de Cine (viste Dune, por ejemplo) para definir esta tendencia donde conviven el maximalismo, costuras que se ven, recortes, prendas superpuestas. Las prendas que sugieren desgaste y rotura de la mano de diseños futuristas multifunción. Asimetrías, transparencias, telas fluidas que se combinan con prendas estructuradas o con cintos y cintas que brindan ajustes en distintas partes del cuerpo.
El cuerpo se redefine y la función de la prenda no es acompañar la forma antropomórfica, a veces juega a redefinirla.
Prendas que se trasforman, prendas tecnológicas. La moda apocalíptica, una heredera del futurismo. Aquella tendencia que en los 60s se proponía mostrarnos el mundo hacia el que nos dirigíamos, en una época obsesionada con el espacio. Donde aparecían materiales como el metal o el plástico y diseñadores como Paco Rabanne o André Courrèges.
Vestir para un mundo que aún no conocemos en su versión menos romántica es la visión. Un poco extravagante, por momentos aparentemente lejana, que de algún modo hace que nos pongamos en consciencia de ciertas realidades que poco a poco se cuelan en las pasarelas que antes eran territorio del sueño y la fantasía. Temas como calentamiento global, reciclado, aprovechamiento de materiales se vuelven centrales y nos vamos despertando al entendimiento de que vestir también es elegir.
Elegir hacia qué mundo y futuro queremos caminar.