Llegó Julio y en este lado del mundo la Eurocopa iba llegando a su fin. Mi ciudad Sevilla fue sede de varios partidos y si bien el país que visitaremos en esta nota no jugó aquí, tuvimos muchos visitantes suizos esos días. Lo cual, me ayudó a decidir a donde llevarlos de paseo este mes. No sé ustedes pero cuando pienso en Suiza las imágenes que inundan mi cabeza tienen que ver con Heidi, los relojes cucú, el chocolate, los quesos y la fondue. ¿A ustedes qué les viene a la cabeza? Bueno sin mencionar las casitas alpinas y los famosos Alpes, seguro coinciden conmigo. Vamos entonces para allá a engordar con el choco más rico del mundo y sus “cucú, cucú”.
Suiza es un país que además de ser hermoso, limita con Alemania al norte, al oeste con Francia, al sur con Italia, y al este con Austria. Una de sus características es que a diferencia de otros países en Europa, este es un país neutral en cuanto a su política exterior se refiere, por lo que sus fuerzas armadas no pueden ser parte de conflictos armados en otros países. En América del Sur esta función de estado tapón la cumple Uruguay. Estos estados se crean para funcionar como “tapón” entre países con problemas de límites o territoriales, o cualquier otro conflicto. Los países neutrales no pueden ser invadidos por lo tanto eso evita la confrontación armada entre posibles estados beligerantes. Habiendo dejándoles un poquito de sabiduría en relaciones internacionales, que dicho sea de paso es mi área de estudios, seguimos adelante con nuestro recorrido.
Quiero dejarles una pequeña reseña de las ciudades que tanto para mí como para muchos viajeros son las más bellas ciudades dentro de otras bellas ciudades. Difícil tarea pero en ese camino estamos.
Lista como siempre con dos cámaras (la del móvil y la profesional), empiezo mi recorrido por Suiza, ese país que tanto me recuerda a Heidi y a la vaca violeta de la marca de chocolate.
BERNA
Empezaremos por la capital. Qué difícil fue siempre memorizar esta capital, confundirla siempre con la de Austria es un clásico escolar. A propósito se me olvidaba comentarles los idiomas que se hablan allí, lo cual es importante conocer; son el alemán, el italiano, el francés y el romanche. ¿Su organización? Se divide en estados llamados cantones. Berna justamente es la capital de Suiza como dije líneas arriba y pertenece al cantón de su mismo nombre.
Si han seguido mis otras notas seguramente adivinarán lo que diré a continuación: la ciudad es atravesada por un río, el Aar. Vamos a encontrar en ella como en toda ciudad europea una parte vieja o también llamada en otras ciudades “Casco histórico”. Estas partes de las ciudades son las que más años tienen y suelen conservarse casi intactos los edificios que allí se encuentren. En este caso la Ciudad Vieja de Berna es considerada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, debido a su arquitectura medieval muy bien conservada a través del tiempo.
Cuando uno pregunta qué ver en Berna, muchos amigos me dijeron que sí o sí debía pasarme por el Jardín de las Rosas. ¿Y qué les puedo decir? Excelente elección. El jardín no sólo posee rosas de variedades distintas sino que además uno puede disfrutar de otro tipo de flores. Lo más importante es que la ubicación privilegiada del jardín (sobre una colina) lo convierte en uno de los miradores más bonitos de Europa.
Calle Kramgasse
Todo aquel que haya visitado Berna coincidirá conmigo que lo segundo a no perderse en Berna es la calle Kramgasse, porque ¿a quién no le gusta perderse en el corazón del casco antiguo de una ciudad? Como ya me conocen, a sentir la historia de Berna paseando por dicha calle. Los 5 sentidos a pleno.
Una de las curiosidades de esta calle son las puertas de madera que vamos a poder observar en la gran mayoría de los locales. Una vez que cruzas una de estas puertas tendrás acceso a locales que se encuentran en sótanos y que solían funcionar antiguamente como almacenes. Hoy en día son tiendas o bares con el misticismo de la época.
Torre del Reloj
Supongo que uno lee el título “la torre del reloj” y se imagina una torre al estilo inglés. Como la torre en Retiro, Buenos Aires… pues no. Esta torre es extremadamente bellísima y nada similar a lo conocido por nosotros, al menos jamás me la hubiese imaginado así. La torre fue construida entre 1191 y 1256, clara Edad Media.
Fue utilizada como cárcel de mujeres hasta su incendio en 1405. En 1540 aproximadamente le incorporan el reloj de calendario astronómico y un juego de figuras que formando un carillón comienzan a moverse tres minutos antes de cada hora. Chicos, necesario estarse allí parados esperando los 3 minutos antes, juro que vale la pena. Uno de los atractivos es que, tour de por medio, se puede visitar el interior para ver el mecanismo que hace funcionar todo el aparato.
Kunstmuseum
Aquí seré breve pero no por eso es menos importante lo que les contaré. En nuestros viajes hay que cubrir los gustos de todos ¿no? Para los que amamos pasearnos por los museos de las ciudades que visitamos, esta es una tremenda opción.
El Kunstmuseum alberga más de 3000 cuadros y esculturas desde la edad media hasta obras de Picasso, Van Gogh o Dalí entre otras. Creo que es un must importante en nuestra visita a Berna
Barrio Marzili
Para aquellos a los que los museos los aburre, les dejo otra opción que de seguro les encantará. Visitar el barrio Marzili situado debajo del Parlamento a orillas del rio Aar. Lo ponemos así de simple: es una de las zonas más chic de Berna.
La vista estará llena de locales de diseño, cafeterías, las fachadas de las casas y no quiero olvidarme de la piscina de Marzili.
La piscina de Marzili es una piscina al aire libre, pública y de la más visitadas en Berna. Exacto! al ser pública no hay que pagar precio alguno para hacer uso de ella. Es la más visitada por un par de razones: se encuentra ubicada al lado del río y tiene la mejor vista de todas, de allí podrás observar el Parlamento y la Catedral. ¿No me digan que no es un golazo? Además (esto es únicamente para nadadores con experiencia) se puede nadar en el río Aar… imagino que ya tienen listo su bañador ¿no?
La Catedral de Berna
Seguramente habrá mil cosas más por descubrir en esta bellísima ciudad pero estos son los imprescindibles para muchos viajeros. Por último, pero no menos importante, su catedral. Es la más alta del país, su torre tiene más de 100 metros.
Comenzó a construirse en el siglo XV es de estilo gótico tardío para que se den una idea y se terminó allá por fines del siglo XIX. Desde la base hasta la cima de la torre nos separan 312 escalones, desde donde la vista es de las mejores de la ciudad. En su portal la representación del Juicio Final es digna de muchas fotografías para el insta.
LUCERNA
Suiza es bella por donde se la mire, no saben lo difícil de elegir solo algunas ciudades para nuestro recorrido. Es por eso que jugando casi al “ta-te-ti”, llegamos a Lucerna.
Puente de la Capilla
Lo veo y solo pienso en Harry Potter, ya me dirán ustedes si estoy en lo cierto o no. Cubierto por madera del Siglo XIV, es considerado el más antiguo de Europa. El puente te permite cruzar en diagonal, recto no!… en diagonal el río Reuss, mientras paso a paso vas aprendiendo un poco de la historia de la ciudad con las pinturas interiores del puente. Por cierto el puente tiene 200 metros de largo. Y vas llegando a la mitad del puente y pum, nuestros ojos pueden observar la Torre del Agua.
Es una fortificación que es anterior al puente (unos 30 años antes se construyo) sus funciones fueron las de prisión, archivo y tesoro. Chicos, momento de muchas selfies, a no olvidarse de congelar recuerdos y locaciones con vuestras cámaras. Un imprescindible sin lugar a duda.
La Muralla
Venga ya! Un poco de historia nunca está de más. Lucerna poseía en la edad media una muralla que la protegía, de la cual hoy quedan 9 torres defensivas. Respiren el aire de la historia. Esta muralla que es del siglo XV es de las mejores conservadas y más largas de Suiza.
Desde algunas de sus torres se puede tener excelentes vistas del casco histórico. Cabe mencionar que hay tramos que pueden realizarse caminando por la muralla y otros tramos que deben hacerse caminando por un camino paralelo.
El Casco Antiguo
Vamos a vivir un poquito a través del tiempo. Te invito a recorrer las calles empedradas y los edificios del siglo XVI y XVII del Casco Antiguo, fachadas dignas de selfies y restaurantes donde comer como un príncipe.
Totalmente recomendable. Saltaremos ahora a otra ciudad para que nos alcancen las páginas de esta nota, pero sobre Lucerna tener en cuenta también pasearse por el Lago de los Cuatro Cantones, Museo Suizo de Transporte y la Iglesia de los Jesuitas entre otros lindos lugares de la ciudad.
FRIBURGO
La Catedral de San Nicolás
Si de ciudades medievales suizas hablamos anota en tu lista de “ciudades a visitar en Suiza” a Friburgo. Está situada a 140 kilómetros de Ginebra y está ubicada sobre una colina. Fue creada en 1157 como ciudad fortificada y desde ella se divisa el valle por el que discurre el río Sarine. En la parte más moderna de la ciudad los edificios universitarios se llevan el protagonismo.
En este lado de la ciudad encontramos a la Catedral de San Nicolás, construida a finales del siglo XIII. Se puede observar de lejos su torre que alcanza unos 70 metros y que desde la base hasta la cima cuenta con 368 escalones… lejos queda la rampa de la Giralda en Sevilla para los 30 pisos ¿no?
Fuentes Medievales
Apodé a la ciudad “la ciudad de las fuentes” me llamaron la atención a tal punto del apodo, las distintas fuentes de agua medievales desparramadas por la ciudad. Increíble que le llame la atención a alguien que vive en una ciudad cuyos veranos las temperaturas rondan los 45 grados, pero aún así, me dejaron curiosamente sorprendida. Las fuentes tienen distintos estilos entre los cuales el renacentista es el que más se destaca. Ya me contarán cuántas fuentes encontraron y qué estilos tenían.
Porfis espero las selfies también. Un paseo para refrescarse claramente. Nota pintoresca la “Fuente de la Valentía” es de las primeras que se tiene conocimiento y dataría del año 1394.
Barrio Medieval de Auge
Y aquí de golpe saltamos a la edad media. Sí! este barrio es también conocido como la ciudad baja y antes de ser absorbido por el municipio de Friburgo constituía un pequeño pueblo en sí mismo. Data del siglo XII y se encontraba fuera de las murallas de Friburgo. Siempre recomiendo cerrar los ojos y verlo como una especie de película de época. ¿Cómo se lo imaginan?… con casas de estilo gótico y sus fachadas pintadas… simplemente encantador.
Funicular Friburgo
Simplemente hay que animarse. Construido a finales del siglo XIX, se instaló para unir, por decirlo así, a la parte baja de la ciudad con la más moderna. Lo curioso de este funicular es cómo funciona, y lo hace a través de un sistema de contrapeso de aguas residuales de la ciudad.
¿Súper curioso verdad? Ah! Y aún no termino, los vagones llegan a almacenar hasta 3.000 litros, como todo funicular al llegar a la cima tendrás acceso a la vista más espectacular de la ciudad. Absolutamente vale la pena.
ZERMATT
Mucha edad media, murallas etc., pero se preguntarán y para cuándo lo que todos conocemos al menos por revistas de viajes. Sí! ¿A dónde nos vamos en invierno por ejemplo si queremos esquiar? Pues señoras y señores llegamos a Zermatt, está situada en el fondo del valle del Cervino (Matterhorn), al sur de Suiza.
Es el lugar perfecto para quienes aman el senderismo y los deportes de invierno como el esquí o el snowboard gracias a sus extensas pistas de nieve y moderna infraestructura.
Glacier express
Dentro de la ciudad no están permitidos los vehículos de combustible, por lo que la única manera de llegar allí es en tren. El glacier express es una de las opciones para llegar a la ciudad. En 8 horas cruza los Alpes, atravesando 91 túneles y cruzando 291 puentes… cuéntenlos si pueden! Poder disfrutar del paisaje a través de sus amplias ventanas es una experiencia que quedará grabada en vuestras retinas.
Pueblo de Zermatt
Es un pueblo orientado el 100% al turismo, aún así uno de los grandes atractivos del pueblo son sus casas de maderas y sus decoraciones con flores. Creo que todos imaginamos de una forma u otra como se ven. Mi referencia siempre es Heidi y con esto delato mi edad, pero la sinceridad por delante. La parte más comercial de la ciudad te llevará hasta el Museo de Matterhorn, museo dedicado a una montaña y a la Iglesia de San Mauricio. Está demás decir que este es un pueblo totalmente fotogénico y que sin dudas tomar fotos es algo que sí o sí deben hacer para no perderse ningún detalle. Vistas panorámicas muchísimas. Otro dato a tener en cuenta es recomendable realizar algunas excursiones de las que se ofrecen allí mismo. Si van en invierno ya saben dónde encontrar las mejores pistas suizas. No se lo pierdan.
Comer una Fondue
Un clásico que no dejaré que se lo pierdan, este plato es uno de los más típicos de Suiza, y aunque imagino que ya lo conocen, les recordaré de que se trata. La fondue es un plato que consiste en una olla de hierro fundido llena de queso derretido, que se mantiene calentito gracias a un pequeño hornito. Podemos ir mojando trozos de pan u otros productos como papas, verduras, o frutas. No pueden dejar Suiza sin haber probado una fondue, en especial en invierno, en este pueblito de la montaña y con las vistas espectaculares que tiene.
Gornergrat y Lago Riffelsee
A 3.089 metros de altura se encuentra el mirador de Gornergrat. Allí podrás tener la mejor vista de la montaña más famosa de los Alpes; famosa por dos razones (y una de ellas hace que lamente no haber comprado chocolate hoy) primera razón su imponente forma de pirámide y segunda por ser el logo de los chocolates Toblerone. El mirador ofrece unas grandes panorámicas de hasta 29 cumbres que superan los 4 mil metros. ¿Cómo llegamos allí? En tren gente linda, pero les comento que antes de llegarse es recomendable bajarse en Riffelsee. El lago Riffelsee es una maravilla natural situado a 2.757 metros de altura (un respirador por acá por favor!) aquí tomaremos la foto más icónica de la ciudad que es con el Matterhorn reflejado en el lago. Nada que envidiarle a nuestros paisajes patagónicos.
Hay muchísimos paisajes lindos para disfrutar en este pueblo encantado de los Alpes… pero no terminaría más si volcase cada rinconcito. Es por eso que los invito a descubrirlo lentamente en vuestra visita.
Quedarán fuera de la nota ciudades como Zurich o Ginebra que todos ya conocemos porque suelen ser de las ciudades de las que más se hablan, pero este sacrificio sólo se justifica porque les contaré sobre algo que me fascinó.
El Tren del Chocolate y el Queso
No podemos dejar de ponernos golosos si visitamos el país del mejor chocolate del mundo. Para los amantes del chocolate la experiencia es casi como ser parte de la película pero en una súper versión mejoradísima de la Fábrica de Chocolate. Acá es donde si te fascina andar en tren y además sos amante del chocolate podés tener todo de una sola vez.
El tren del chocolate parte desde Montreux, pasando por la Riviera Suiza, por Gruyeres y Broc (es acá donde no sólo me arrepiento de no haber comprado el chocolate, sino que ahora se me antoja un queso), el recorrido se realiza en un tren de 1915, con la opción de viajar en un vagón estilo “Belle Epoque” o en un vagón con ventanas panorámicas.
El recorrido se realiza entre los Alpes Suizos por lo que el paisaje es de ensueño. Insisto con Heidi y en la manía de delatar mi edad. El tour incluye un desayuno suizo con café o chocolate caliente y croissants. Particularmente yo estando en Suiza elegiría el choco caliente, muy típico. ¿Paradas del tren? Primera parada, Gruyere, donde mediante un bus nos acercamos a la Maison du Gruyere, donde recorrido de por medio con audio guía uno experimenta a través de los sentidos todo lo relacionado con el queso, y dichas instalaciones.
Y lo que más espera uno, al menos yo, es la degustación del queso en sus diferentes etapas de madurez. Recorrer la ciudad es una de las opciones una vez terminado el recorrido en la fábrica de queso. Es hora de llegarse a Broc lo cual se hace mediante bus. Allí no espera Willy Wonka (risas), no justamente él, pero sí la fábrica de chocolate o Maison Cailler. Es acá donde se puede ver todo el proceso de la elaboración del chocolate y para los golosos como yo, además se lo puede probar. Nota de color violeta: esta fábrica es parte de la empresa Nestlé.
Al final del recorrido, algo que me llamó poderosamente la atención por la importancia que le dan al tema del chocolate, se ve a un lado el taller de chocolate, que es una escuela para niños donde aprenden todo sobre el chocolate con el objetivo de ser excelentes maestros chocolateros. Terminada la excursión del queso y el chocolate, sin haber podido conocer a Willy Wonka pero con la barriga llena de queso y chocolate, nos dirigimos al tren que nos devolverá a casa.
Y hasta acá llega nuestro tren suizo este mes. Espero haberlos tentado para pegarse un viajecito a Suiza. País con paisajes de postales, y con el chocolate más rico del mundo.
Como siempre no se olviden la cámara de fotos, las ganas de descubrir siempre cosas nuevas y de redescubrirse ustedes mismos dentro de estas nuevas y bellas experiencias.
Nos vemos el mes que viene viajeros Brooke.
NOTA: Fernanda Catanas @argentafotografia