Hola cómo están todos, espero encontrarlos bien en este nuevo número. Hoy te llevo de viaje nuevamente al viejo continente, a una ciudad muy antigua. Seguramente la escuchaste nombrar una y mil veces. Hay mucha historia tanto en la ciudad como en el país completo.
La culpa de esta nota la tiene Netflix, sí; muchas veces me sucede que me quedo sin programación que me interese ver y entonces es ahí cuando recurro a los “guardados por si acaso”. En esta categoría entran todas esas pelis y documentales que no estoy segura de si me gustarán o no pero hay algo que me resulta llamativo lo suficiente como para que funcione tipo salvavidas cuando me quedo sin nada para ver.
Así pasó no hace mucho. Fue entonces que terminé mirando una especie de docupeli sobre el Imperio Otomano. Gran Imperio que como todo tuvo su momento. ¿Por qué hablo de esto? porque la nota de este mes es sobre la famosa ciudad de Estambul como la conocemos hoy día. Aunque, cuando leas lo que sigue te va a explotar la cabeza, vos la conociste primero como Bizancio. ¿Te suena ahora? Hacé memoria de tus clases de historia, luego Roma la conquista y la renombra como Constantinopla. Bizancio, Constantinopla, sí hablamos de la misma city, Estambul. Después de tanto jaleo histórico estás listo para conocer algunos lugares importantes que tenés que conocer sí o sí cuando la visites? Dale, vamos al lío. Agarrate.
Estambul, no es la capital de Turquía pero es una de sus ciudades más famosas, no sólo por su historia sino por su ubicación geográfica estratégica. Es la ciudad más poblada de Turquía, la más poblada de Europa y una de las más pobladas del mundo. Si para rematarla, no era suficiente con tener una historia de importante valor cultural universal.
Pero dejémonos de tonterías y comencemos con el tour.
Considero que este es el MUST DE LOS MUST y lo primero que uno hace cuando pone un pie en Estambul es además de dejar las maletas en el hotel, hostel o airbnb, lo normal es disparar directamente hacia la Basílica de Santa Sofía. Cuando vean la foto seguramente dirán ¡ah, ya se de cual hablan!. Es una antigua basílica cristiana, convertida en Iglesia ortodoxa primero, y más tarde en mezquita, para luego convertirla en museo y no hace mucho a mezquita nuevamente. En fin, creo que finalmente quedará así. Si te preguntás que tan antigua es, te cuento que fue construida en la edad media año 537. Un edificio que ha visto pasar muchísima historia sobre su suelo, pero de la más importante, de esas que cambian la lectura del mundo.
Su nombre original proviene según se dice de la traducción fonética al latín de la palabra «sabiduría» = «Sofía». Fue la catedral con mayor superficie durante mil años hasta que en 1520 se terminó la Catedral de Sevilla.
Esta mezquita por haber sido en algún momento una Iglesia Cristiana alberga dentro reliquias de ambas religiones. Una vez adentro considero que la visita te transporta a muchas épocas. Cada detalle, cada mosaico, es impresionante. No hay absolutamente nada igual a lo que verán al poner el pie en dicho monumento. Lo ideal es que la recorran con tiempo, sin prisas, disfrutando cada espacio, cada detalle. Aunque quisiera describirla no hay palabras para eso, no fueron inventadas por Dios.
Recuerden ir con mucho respeto, porque es un lugar sagrado. Como comenté anteriormente ha dejado de ser un museo para convertirse en una mezquita, por lo tanto recuerden absoluto respeto. Particularmente yo soy una obsesionada de tocar paredes cuando estoy en edificios tan viejos. Más que nada porque por alguna razón siento que parte de la historia vivida por esos muros ahora me pertenece una vez que posé mis manos en ellos. Lo que todo el mundo va a recomendarles para ver en dicho lugar son los Jardines. Otro punto para fotos y no dejar pasar, la puerta Imperial, la cual hay que cruzar para ingresar a la nave central.
Una vez frente a la puerta, no se olviden de levantar la mirada para que puedan observar un extraordinario mosaico de épocas imperiales.
Ahora unos detallitos para que puedan darse una idea cuando vean las fotos. La nave central mide 74,60 metros de largo y su parte central está coronada por una cúpula de 56 metros de alto sobre el suelo en su parte superior. Un gran WOW.
Al igual que pasa con muchas catedrales españolas más que nada por Andalucía, dentro de Santa Sofía encontrarán detalles de ambas religiones musulmana y cristiana, debido a que durante ciertos periodos de tiempo y según quien conquistara la ciudad pasaba de iglesia a mezquita.
La gran cúpula está decorada con inscripciones del Corán, aunque en sus orígenes estaba cubierta por mosaicos dorados.
Podría describir cada detalle de la mezquita pero no quiero spoilear la visita por lo que hasta acá mi introducción de la misma. Esperando que con la ayuda de las fotos les genere la curiosidad suficiente como para visitarla. Seguramente se preguntaran por el precio de la entrada. Acá va la buena noticia, es gratis. Es un lugar sagrado por lo cual, por el momento es free pass. Sobre los horarios 24/7 puede visitarse prácticamente a excepción de los 5 momentos en el día en que los fieles se presentan para rezar.
Un dato no menor relacionado con la visita a Estambul es que es una de las ciudades más seguras. Por lo que si pensas que es mejor ir en un horario nocturno donde no habrá gente, sin problema. No lo dudes.
MEZQUITA AZUL
A unos pocos pasos de Santa Sofía nos encontramos con la Mezquita Azul. Construida por el sultán otomano Ahmed I en los inicios del siglo XVII. Claramente es un imprescindible, ya vas a ver por qué. Desde fuera seguramente te llamará la atención por su arquitectura.
Con toda la razón es realmente bellísima, pero la cereza del postre la vas a encontrar una vez que ingreses al recinto. Escucha esto: 21043 azulejos, sí te animo a contarlos, y 260 ventanales. Estos se encuentran alineados en cinco niveles permitiendo una iluminación que te dejará sin palabras.
Algo importante recuerden es un lugar sagrado y hay que ir vestidos según lo requiera dicha religión, por un tema de respeto claramente.
Les aconsejo primero verificar cual es el código de vestimenta tanto para hombres como para mujeres para evitar que te impidan el acceso.
PALACIO TOPKAPI
Amigos, con esta visita podemos cerrar la triada de los lugares que SI o SI no hay que dejar de ver en nuestro viaje a Estambul.
Este palacio está ubicado ahí donde el Bósforo y el Cuerno de Oro desembocan en el mar. Al verlo simplemente entenderán la grandeza de lo que fue alguna vez uno de los más grandes imperios del planeta: el Imperio Otomano. Construido en el año 1461 por orden del Sultán Mehmet Fatih nombrándolo como Casa de la felicidad, aunque el pueblo lo llamó Topkapi Sarayi debido a los cañones situados en la entrada.
Hoy día se ha convertido en un museo pero antaño fue la residencia de 24 sultanes, desde el siglo XV al XIX. ¿Si es grande? Bueno se extiende desde Santa Sofía hasta el mar.
Este palacio cuenta con edificios, pabellones y kioskos instalados en el interior de un recinto amurallado realmente enorme.
También encontraremos distintos patios que irán desde los más públicos a los más privados.
El acceso al Palacio se hace a través de la puerta llamada Puerta Imperial construida en 1478 por orden del Sultán Mehmet II. Es una puerta de esas que merecen mil fotos. Vas a ver en ella mármol e inscripciones del Corán y lo más sorprendente para mí, la firma del sultán.
Esta puerta te va a llevar al primer patio, conocido como Plaza de Ceremonias. Como lo dice su nombre este patio se utilizaba para distintas ceremonias como funerales, desfiles militares y algunas que otras fiestas.
Dentro del espacio que ocupa el palacio nos encontraremos con la segunda iglesia más grande de Estambul, obviamente detrás de Santa Sofía. Esta iglesia no fue convertida en mezquita pero sí cumplió otras funciones. Fue utilizada como museo militar y hoy día puede ser visitada por el público en general. Está ubicada dentro del primer patio, y aunque por fuera puede no ser tan llamativa como Santa Sofía, vale la pena ingresar a verla. Recomendable.
Pegada a la Puerta Imperial nos encontramos con la fuente del verdugo. Este nombre ya me trae imágenes interesantes y fuertes. Es conocida con el nombre de Cellat Cesmeni. En ella lavaba sus manos y armas el verdugo, tras ejecutar a los pobres sin suerte.
Ahora visitaremos el segundo patio. Atravesando la puerta conocida como Puerta del Medio o Puerta de los Saludos accedemos al segundo patio.
Una plaza de 130 x 160 metros que se conoce como Plaza del Diván. Recibe este nombre por albergar dos importantes edificios: el Diván y la Torre de la Justicia.
Allí cuatro veces por semana se discutían los asuntos del Estado. Cabe destacar que junto a esta puerta se encontraban las dependencias del cuerpo de guardias y verdugos. Lo curioso es que a través de este acceso solo el Sultán podía ingresar a caballo, el resto de funcionarios del estado tenía que hacerlo a pie. Esto se ve muy bien reflejado en la serie sobre el Imperio Otomano de la plataforma Netflix. Es una serie documental recomendable.
Este segundo patio fue el centro administrativo del Imperio. Era el patio de las ceremonias importantes como ascenso al trono y recibimiento de embajadores extranjeros entre otras.
En el Diván era donde como se dijo más arriba se trataban los asuntos administrativos del Estado. Si vas de visita podrás encontrarte con el largo diván donde se juntaban a debatir los temas. En estas reuniones siempre estuvo presente el Sultán hasta que a finales del siglo XV se decidió que ya no era precioso que estuviera presente. Esta decisión fue justificada alegando que estas reuniones eran demasiado mundanas para un Sultán. Pero como es de esperar, nada de mundanos eran esos temas ya que se trataban problemas de estado importantes para el Sultán. Por lo que se habilitó una sala por encima de la sala del diván para que este pudiera acceder cada vez que así lo deseara. Una vez allí él podía escuchar todo lo hablado en la reunión a través de una ventana enrejada, conocida como “el ojo del sultán”. Esta ventana se encontraba justo sobre el asiento del gran visir.
Nadie sabía si el sultán había escuchado la reunión por lo que, tras las reuniones, el visir (su mano derecha y consejero) debía presentarse frente al Califa y pasar un reporte de los principales temas tratados en la reunión. El gran visir tenía que dar siempre versiones fieles a lo acontecido en la reunión, ya que nunca se sabía si él había estado escuchando todo o no.
Dentro de este patio hay otras instalaciones para visitar pero me la saltaré para pasar al siguiente patio, el tercero, por el cual accedemos a través de la Puerta de la Felicidad y donde se encontraban las dependencias privadas del Sultán.
Delante de esta puerta se ubica el trono de oro del Califa, durante ciertas ceremonias. Nadie podía pasar la Puerta de la Felicidad sin autorización del Sultán y el gran visir lograba hacerlo ciertos días con algunas que otras condiciones. Junto a esta puerta se encuentra el edificio que se utilizaba como Sala de Audiencias. Para que los asuntos tratados en esta sala quedaran lo más privado posible se abrían las fuentes tanto del exterior como del interior para que el ruido del agua impidiera escuchar todo lo que deliberaba en dicho momento. ¿Interesante método no?
Recuerden que son cinco patios acá ya les he dejado tres, les propongo vayan a visitar los otros dos y luego nos cuentan que tal les fue.
EL GRAN BAZAR
Hay algo que hacemos todos los que visitamos países como este, ir en busca de los mercados o bazares. No sé ustedes, pero yo sí lo hago. Por esta razón quiero llevarlos rápidamente al GRAN BAZAR. Es momento de relajarse y perderse entre la multitud y la cantidad de locales con todo lo que tienen para ofrecernos. Es el momento de comprar los regalitos para llevar a casa. Al igual que sucede en Marruecos es importantísimo siempre regatear los precios, hay siempre alguien que le venderá más barato.
El Gran Bazar de Estambul es el bazar techado más grande del mundo. Es imposible llevar la cuenta de la cantidad de gente que recibe diariamente pero créanme son multitudes y multitudes por día.
Algo curioso, al estilo Jazmín en el dibujito Aladín, se dice que los Sultanes paseaban encubiertos, como espías, por el mercado mezclados con la gente para averiguar qué pensaban sus súbditos sobre ellos.
Para que se hagan una idea de lo grande que es puedo comentarles que tiene 12 accesos principales y 20 secundarios. OMG!. Ocupa un lugar de 35 hectáreas y en su interior podemos encontrarnos sobre 80 calles con más de 4500 puestos y más de 15 mil trabajadores. Es una mini ciudad dentro de la misma ciudad. Es extremadamente impresionante. Para aquellos a los que nos gusta este tipo de mercado, esto es el paraíso mismo.
Estambul tiene muchísimos sitios para visitar, en especial muchas mezquitas. Los que les traje hoy es el tridente más importante de una visita a Estambul.
También recordarles que es una ciudad muy segura, y barata. Desde mi ciudad los pasajes no son los más baratos, pero bueno yo vivo lejos de la capital de España y no es una ciudad tampoco tan importante como lo son Barcelona o Valencia entonces los vuelos son un poquito más caros ya que son pocos los que salen directo, la mayoría tienen conexión en Madrid hacia el destino comprado. Pero superando este obstáculo, allá la comida, el hospedaje y el día a día son baratísimos. En Turquía la moneda es la Lira turca, recuerden llevar cambio o utilizar una de esas tarjetas de bancos online que te facilitan todo. En mi caso uso Revolut dentro del continente porque me permite sacar dinero local de los cajeros habilitados sin cobrar comisión alguna, lo cual agradezco. Lo mismo si no fuera el caso y usan su tarjeta para pagar siempre elijan pagar en moneda local, siempre será más barato.
Gente los dejo por ahora, espero disfruten de esta gran joya del continente con tanta riqueza cultural e histórica. Espero saquen muchísimas fotos, disfruten del paseo y se expandan un poquito más lejos que Estambul.
Buen viaje!
NOTA: Fernanda Catanas @argentafotografia para Revista Brooke