Comienza la temporada de preinscripciones en las escuelas, una aventura que suele ser compleja.
Los padres, sobre todo aquellos que experimentan por primera vez esta travesía, suelen enfrentarse al desafío de encontrar una escuela que dé respuestas a las necesidades e intereses de sus hijos, más aún si son padres de niños neurodivergentes.
La inclusión educativa es un derecho fundamental para todos los niños, independientemente de sus diferencias y necesidades.
La indiscutible complejidad de las aulas heterogéneas que conforman las escuelas plantea un gran reto a la tarea docente, porque requiere de la implementación de modelos pedagógicos y didácticos que faciliten el acceso al aprendizaje de TODOS los estudiantes.
Una escuela inclusiva, es la escuela que acepta las diferencias de todos sus actores, otorgando alternativas de enseñanza que se ajusten a las particularidades y necesidades de cada uno. Así, se entiende a la diversidad desde una mirada mucho más macro, en la que no está diseñada para algunos, sino que contempla a cada uno de los sujetos que la conforman.
Sin embargo, aún hay mucho por hacer en términos de sensibilización y capacitación para lograr una educación inclusiva y equitativa para todos.
En la actualidad existen todavía escuelas en las que el abordaje a la diversidad y la inclusión son casi nulos.
Al buscar una escuela inclusiva es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Políticas y prácticas de inclusión institucional: es importante que la escuela tenga estrategias de inclusión claras y efectivas, que se adapten a las necesidades de cada niño.
- Profesionales capacitados: los docentes de la escuela deben estar capacitados en educación inclusiva y en el abordaje de las necesidades específicas de cada niño.
- Ambiente amigable: la escuela debe tener un ambiente físico y social que sea seguro y acogedor para que todos los niños construyan aprendizajes desde la confianza y la motivación.
- Adaptaciones curriculares: la escuela debe estar dispuesta a hacer adaptaciones curriculares para satisfacer las necesidades educativas de cada niño.
- Participación de los padres: es importante que los padres sean parte activa del proceso educativo de sus hijos y que trabajen en conjunto con los educadores para garantizar una educación de calidad.
Sólo lograremos erradicar la desigualdad y la intolerancia en el mundo, cuando la educación no sea un privilegio para pocos, sino una realidad en el cotidiano de toda la humanidad.