Daniela es modelo internacional y una de las caras más bonitas de Argentina. Comenzó su carrera a los 16 años, fue elegida por grandes diseñadores como Giorgio Armani, Roberto Cavalli, Burberry y John Richmond. Fue protagonista en firmas como Victoria´s Secret o Yves Saint Laurent, realizó portadas en revistas internacionales como Vogue, Harper ‘s Bazaar y ELLE, así como Marie Claire para Francia, Elle de España y Argentina o Cosmopolitan de Argentina. Es fotógrafa, mamá de Thiago y su nueva expresión es la música electrónica.
Contanos la experiencia de ser modelo adolescente y tener la oportunidad de viajar a Francia y representar a grandes marcas.
En esa época estaba muy de moda el modelaje. Yo soy de San Fernando y pensaba ser profesora de Educación física, o sea que nada que ver. Para ser modelo te tiene que gustar, ser muy consciente de tu físico, tener mucha disciplina y responsabilidad. Cuando un cliente te contrata seguramente hay veinte personas esperándote en el set, si vos no estás, no se puede hacer nada. Tenes que dejar todo y dar lo mejor sin importar tu estado de ánimo o lo que te pasa en ese momento si uno tiene problemas. Muchas modelos se quedaron acá en Argentina, si uno desea expandirse en este trabajo hay que empezar a viajar, es una vida muy solitaria.
Saber el idioma francés, ¿Te ayudo a poder estabilizarte en Francia?
En la secundaria estudié francés, y fue muy gracioso porque el día que fui para tener la entrevista en la agencia de Pancho, justo estaba el dueño de la Agencia Karin Models, que al día de hoy me siguen representando. Hay cosas que te quedan grabadas como si hubieran sido ayer. Había un casting enorme de la agencia, sale él con Pancho, yo estaba sentada con mi mamá, porque era chiquita y no es como ahora que las adolescentes son más independientes y viajan solas, a mi me acompañaba mi mamá o mi abuela. De repente, salió Jean-Luc Brunel y dijo “a ella la quiero”. En ese momento había scouters, gente que contrataba la agencia, que iban caminando por la ciudad, se metían en un shopping y te daban tarjetas. Otro momento, otra época. Me pasaba eso desde los 12 años, me daban tarjetas de diferentes agencias. Llego un punto que le dije a mi mamá de ir. San Fernando es muy chiquito, y de repente íbamos a la calle Florida por un motivo y me daban una tarjeta. Íbamos al Unicenter y también me daban tarjetas.
Había mucha tentación, tenías que probar, era como que te indicaba que en algún momento se te iba a dar.
Me gustaban los deportes, desde chiquita fui muy ligada al deporte, es más cuando tenía 14 o 15 años era ayudante de un profesor para enseñar natación a chiquitos con sindrome de Down y ahí me hizo un click, me di cuenta que me gustaba enseñar, tenía paciencia, más con chiquitos que no se animaban tanto al agua y me gustaba mucho. Además donde yo iba estaba la facultad para poder estudiar, era un poco mi idea, pero bueno, me dije, no quiero descartar esta posibilidad. Fui a la agencia y me dio vuelta la vida por completo. Termine la secundaria, no tuve la posibilidad de estudiar nada más, hasta hace un par de años que estudie Diseño de Interiores en New York, una pasión mía. Me cambio por completo irme a vivir a otro país, elegí París por el idioma, porque caer en medio de la nada allá, mínimo saber el idioma para poder comunicarme.
¿Qué fue lo que más extrañabas, más allá de la familia?
Extrañaba mucho la calidad humana del latino. Los franceses son amigos entre ellos, es muy difícil que te quieran incluir. Viví muchísimos años en París y no tengo amigos. En cambio, también viví casi 13 años en New York y es tan cosmopolita, hay tanta gente latina que tengo muchísimos amigos ahí. Viví en Miami y tengo amigos allí, viví en Milán y también tengo amigos en ese lugar, el francés es muy cerrado y eso fue lo que más me costo. Me encontraba sola, no existía el delivery, me iba a un restaurant con un libro, son experiencias fuertes que te van formando como persona.
¿Cómo pasas tu tiempo en cuarentena?
Viste que dicen que es como una etapa de ir un poco para adentro, y eso me pasó a mí y creo que también un poco a todos. Mi hijo a veces está conmigo y a veces esta con el papá, nos vamos turnando, así que estoy mucho tiempo sola. Empecé yoga con mi hijo, hace muchos años que no hacía. Antes de quedar embarazada había empezado y después deje, me hace muy bien, me calma un poco la ansiedad eso de verte con amigas y salir, bajo un montón de cambios, lo hago a la mañana y me hace muy bien. Estando en cuarentena lance un disco hace un mes, también acabo de terminar un tema, es bastante raro, diferente digamos.
Sigo produciendo música, trato de inspirarme con cosas, con momentos, con situaciones”
Tenes un mini estudio en tu casa ¿Te ayuda a poder profundizar más en la música?
Lo fui armando de a poco, tenía mis consolas y mis monitores y estando en cuarentena fui armando el micrófono, el ecualizador y todo lo demás porque no me puedo movilizar y tengo que hacer todo acá, no me quedó otra.
¿Cuál es el “toque Daniela Urzi” de tu música electrónica? Eso “distinto” que hace que uno se dé cuenta que es tu creación.
Cuando comencé lo hice con una música más house, tipo progressy house, era la música que me gustaba escuchar. Después por mi viajes a Ibiza y Tulum me di cuenta que el sonido de la música electrónica de hoy paso a ser otra, porque hoy por hoy en lugares vacacionales abiertos tenes la oportunidad de escuchar música divina y se hace durante el día, no tiene que ser en una discoteca cerrada a la noche. Acá tenes que salir a bailar a las 03 hs de la mañana y decís Uy! ¿Cómo hago para quedarme despierta? Yo amo ir a bailar y es muy difícil. Entonces, te vas de vacaciones y poder disfrutar de buena música al aire libre y de día es increíble, son otros tipos de sonidos, no tan pesados de tan tarde. Entonces se empezaron a ver músicos tocando en vivo, ver Djs poniendo bases, encima de esa música, se empezaron a incorporar sonidos más orgánicos, más que estás en medio de la naturaleza y escuchas pajaritos. Trate de captar todo eso e incorporarlo en mi música.
Cuando hablas de sonidos orgánicos ¿De qué se trata?
Son sonidos que no vienen del programa de la computadora donde se hace la música electrónica. Hay un programa que uso, que tiene una base de sonidos, miles de sonidos. Ahí empezas a buscar y a rescatar, pero salen del programa, no dejan de ser sonidos de una computadora. He conocido músicos que tocan unos instrumentos increíbles desde violín, citara, flautas diversas y he contratado estudios con estos músicos que grabe en vivo encima de bases. También grabe con una amiga que toca diferentes instrumentos percusivos, por eso se llaman orgánicos, porque son instrumentos de verdad tocados por alguien de verdad. Todos esos elementos grabados llevan un proceso de producción bastante grande, para incorporarlos y ponerlos todos juntos, y aplicar los tiempos de cada uno. ¿Cuándo los queres poner, cuándo quitar, a qué velocidad queres hacer el tema? En la música electrónica, por lo general, no hay silencios, por eso quise hacer algo diferente.
¿En qué plataformas las podemos escuchar?
En Spotify, Soundcloud, Itunes y Amazon Music entre otras.
Yo quiero que la gente reconozca mi música por los silencios. Existen los silencios y esa es una característica que yo quiero marcar mucho en cada uno de mis temas”
¿En qué te inspiras en el momento de crear la música?
Es todo un proceso, a veces empiezo porque de repente se me viene la idea de un sonido. El último tema que hice es todo de palmas y sonidos con la boca, no es bailable, es para escucharlo nada más y apreciarlo. Hay cosas que me inspiran, esto me pasó en cuarentena, los sonidos de la boca, en querer comunicarse, o estar… por eso salió ese tema, es muy particular, raro. Todavía no lo lancé, son dos temas que hice ahora, me gustaría poder llegar a diciembre y lanzar un disco nuevo con cinco temas. El año pasado estuve de viaje en Ibiza, que voy todos los años; voy a una playa que me gusta muchísimo y en frente ves una piedra, que es el punto más energético del planeta, y de repente se me vino una letra en mente y la escribí en el teléfono, no quería que se me fuera, y eso fue lo primero, después se genero la canción. Me viene de diferentes maneras.
¿Cómo habías empezado con todo esto de la música?
Es muy particular, por un lado me pasó una anécdota muy graciosa con uno de mis mejores amigos Alejandro Blanco, que sabiendo que yo todos los años voy a Ibiza, vino a vacacionar unos días con su novio y se quedó en casa. Un día lo quise llevar a pasear por el pueblo antiguo de Ibiza y estábamos en un estacionamiento que es bastante popular, muy grande; íbamos en la camioneta con las ventanillas bajas mirando donde puede haber lugar, y de repente había cinco chicas caminando muy lento, nos estábamos cruzando, y la chica de adelante iba haciendo gestos y señalaba y cuando nos cruzamos me mira y dice “ella es Daniela Urzi y es Argentina”, con mi amigo Alejandro nos empezamos a reír, fue muy gracioso y me acuerdo que en esos diez días que se quedó, en todas las sintonías de radios se escuchaba “punchi punchi…”, todo música electrónica y Alejandro que es muy gracioso, todo el tiempo decía arriba de la música “y ella es Daniela Urzi y es Argentina”, me decía tenes que hacer una canción con esto, ¡Es buenísimo! y eso me quedo en la mente. Después con mi hijo que siempre fue una fuente de inspiración enorme, a partir de él, yo ya había empezado con la fotografía, surgió el libro de Teddy que lancé. Mi hijo es mi gran fuente de inspiración para ver cosas a través de él, con él tonteando, estábamos en el ascensor y le digo ¿Quién va a pasear a la plaza? empezamos a rapear, pero en inglés, porque él nació en Estados Unidos, entonces nos hablamos en ese idioma. Who is going? I’m going. Todo el tiempo haciendo tonterías, riéndonos, inventando, me había quedado pendiente “ella es Daniela Urzi…” y ahí nació todo. En un principio no trabajaba desde casa, iba a un lugar que se llama Music Heart en Palermo. Me di cuenta que me encantaba estar en un estudio, me quedaba horas, me enganché y seguí.
Sucede eso, pasan determinados momentos donde uno los toma y los potencia en música, arte…
Sí, yo me inspiro en un montón de cosas y a veces lo voy canalizando en diferentes cosas, lo lleve a mi hijo a hacer cerámica ¡Y me enganché yo! ¡Me fascinó! En principio iba a acompañarlo a él, después me re enganché… todo lo que sea creativo me encanta.
Mi hijo es mi gran fuente de inspiración para ver cosas a través de él»
¿Una anécdota de algún desfile internacional?
Me ponía re nerviosa (risas), mucho estrés, era una gira de un mes que empezaba en New York y seguía por Londres, Milán y París, de dormir poco, el correteo de llegar tarde de un desfile a otro. Tenía una driver que me llevaba, llego un punto que te llevaban en moto, por lo menos en París y Milán, sino no llegaba.
Me imagino la cantidad de desfiles…
Venia toda con un look y tenían que desarmarlo para hacerte otro. El diseñador ya sabía las modelos que veníamos de un previo desfile, éramos varias y había todo un sector para producirnos, era todo muy rápido, no era ese placer que se sentía cuando hacía una campaña o una editorial donde todo era más relajado. Tenía su encanto también esa cosa del estrés y ver al diseñador muy nervioso y ¡Tac!… en unos minutos todo termina. Gracias a Dios nunca me tropecé ni me caí (sonrisa).
¿Qué se le ponen a las suelas de los zapatos?
Si los zapatos eran del diseñador los rayaban con las puntas de las tijeras, se les hacía varias cruces. Si no eran del diseñador y los tenían que devolver se le ponía spray de pelo, que es muy pegajoso.
¿Cuándo tuviste esas ganas de expresar tu arte a través de la fotografía?
Yo siempre iba a todos lados con mi cámara de fotos. De hecho tengo pilas de cajas porque las imprimía, a veces las hacía doble y las regalaba. Siempre me gusto la idea de capturar los momentos, quizás por algo lo fui incorporando a mi trabajo. Me paso algo muy loco, un día me levante a las 07 hs de la mañana para ir a un trabajo y cuando me subo a un taxi en New York en el asiento había una valija especial con una cámara de fotos, dos lentes y una tarjeta nueva. Todo nuevo, todo a estrenar, lo veo y digo ¿Qué hago, le digo al taxista? No se va a acordar quién era la persona, allá en Nueva York nadie se lleva el tickets, no había redes sociales… digo ¿Cómo hago para encontrar a la persona y devolverle el bolso? es imposible, prendí la cámara, puse la tarjeta y estaba vacía. Dije, bueno ¿Será que tengo que empezar a sacar fotos profesionales? Y comencé con fotos áreas, después amigos que tenían proyectos de bijouterie o de ropa que me pedían de favor. Empecé con fotos de campaña a hacer producciones, después con autorretratos, fui progresando de a poco. Tenía ideas de hacer como caras pintadas, con accesorios, con cosas raras, la verdad que conozco tanto mi cara que sé que me puede quedar bien, no es lo mismo que me manden una modelo de una agencia y después en persona se ve tan distinta en fotos, tratar de incorporar algo. De hecho son las fotos que más se venden en Estados Unidos, fui de a poco.
Tuviste un hijo, escribiste un libro ¿Plantaste un árbol?
Sí, en una casa que vendí, en la vereda plante un ficus enorme y ¿Podes creer que la persona que la compró lo sacó? Fue un periodo de un año que estuve acá y luego me fui a Italia y vendí la casa, la persona que la compró me sacó el árbol.
¿Un deseo?
Que termine todo esto, tratar de volver a la normalidad. Creo que el encierro no es bueno para nadie, nos ayudó a tomar conciencia que cuidar al otro es cuidarse a uno y de todos esos mensajes que están por todos lados y que es verdad. Hoy por hoy uno camina por la calle y ve que hay gente que lo incorpora y la que no, la que usa el barbijo en la pera o sale sin barbijo. No toman distancia, te da impotencia. Espero que podamos volver a la normalidad y que esto haya ayudado a muchas personas a concientizarse de diferentes maneras. Acercarnos a tomar un café con las amigas o ir a cenar aunque sea una vez por semana.
Si tuvieras que definirte sólo en tres palabras ¿Cómo te definirías?
“Perseverante”, sería una. “Audaz”, porque me animo y no tomo conciencia de la edad que tengo y es como decir ¿Qué importa? ¿Por qué no? Y me animo a hacer cosas nuevas. Y en la última te digo una frase… “siempre trato de mejorarme en todo sentido”, siempre me considere una buena ama de casa pero ahora con todo este tema, es como un improvement, uno se demuestra más a sí mismo, algo de sí, porque no tengo ayuda de nadie y mi casa esta impecable. Me di cuenta que uno puede mejorar y también como mamá. Antes mi hijo estaba ocho horas en la escuela. ahora que él esta acá conmigo, estoy mucho más con él, es muy cariñoso, muy dulce, siempre me abraza y me dice “sos la mejor mamá que nunca ví”. (risas); mi respuesta es “trato de ser la mejor mamá que puedo” y tratar de mejorar todos los días. Cómo me gusta que él lo pueda notar, poder hacer cosas juntos. Mi hijo creció con una incorporación de la tecnología, nada que ver con nosotras cuando éramos chicas, hoy los chicos pasan mucho tiempo con la tecnología, más en cuarentena. Él se conecta con los amigos, son esos juegos rarísimos que se conectan con los mundos y van de una ciudad a otra y él me insistía que jugara con él, y me puse las pilas de bajar el programa y nos metimos los dos en el mismo mundo Adopt me “Adoptame”. Él ahora con la plata que gana me regala un animalito, es todo muy inocente. Uno trata de mejorar todo el tiempo en un montón de cosas, yo antes tenía empleada que cocinaba ahora lo hago yo, tampoco me gusta cocinar pero le pongo pilas, quiero comer sano y que mi hijo esté bien alimentado y tenga todos los nutrientes y vitaminas.
Producción Fotografía Buenos Aires
Fotos: Diego Roldán @diegoroldanphotography
Modelo: Daniela Urzi @danielaurzi
Agencia: Lo Management @lomanagement
Estilismo: Gustavo Di Filippo @gusdifilippo
Maquillaje & Pelo: Paola Orlando @paoorlando
Ropa: Camisa @carolinaherrera Jeans @levis Remera @aynotdead
Vestido @alejandrocblanco Sweater @caravanaland
Nota: Edith Spontón @edithsponton
Fashion Editorial: FaceTimeShoot
Producción exclusiva para Revista Brooke