Sentada en la terraza del edificio en el que vivo, un corral de vecinos del siglo XV. Mucha historia han visto estos muros, sevillanas dedicadas y hasta escenas de películas viejas filmadas junto a la fuente que se alza en medio del patio andaluz del cual tengo el placer de disfrutar. Fuente que actualmente no tiene agua debido a la sequía española, especialmente de la zona de Andalucía pero eso es otra historia.
Pensé llevarlos en esta edición a conocer una ciudad muy bonita y accesible en cuanto al pasaje aéreo. ¿Hablan francés? yo no, tampoco lo tengo pensado en el corto tiempo, y aprovecho esto para aclarar una leyenda urbana relacionada con este país tan hermoso como es Francia. Se dice, y lo escuché muchísimas veces, que los franceses no hablan inglés y no les gusta que le hablen en inglés. Sobre esto quiero comentarles que es algo que pasa en muchas ciudades europeas. En España se habla muy mal inglés (sin ofender) pero aunque en muchos lugares se espera que sepan inglés no saben, aunque lo intentan. Aun así, encuentran la forma de comunicarse.
En Francia, tampoco todos hablan inglés pero puedo decirles que tampoco se enojan si uno no habla francés y trata de comunicarse en inglés. Yo fui con ese miedo de “uff no hablo francés sólo hablo inglés y dicen que acá les molesta mucho cuando eso pasa”, pero el miedo se fue cuando todas las personas con las que interactúe en París, se esforzaron para poder entenderme y comunicarse conmigo. Seguramente se preguntarán a qué viene todo este rollo que acabo de soltar, pues bien este mes los llevaré a Toulouse, Francia.
Yo soy de esas viajeras que no pasan muchos días en una misma ciudad. Debe estar en mi naturaleza inquieta pero más de cuatro o cinco días en una ciudad me mata. No sólo a mi bolsillo, sino a mi espíritu. Necesito estar en constante movimiento. Una “low cost” tiene vuelos directos a esta ciudad que dependiendo de la temporada podes encontrar precios de 48 euros ida y vuelta en temporada baja o precios un poco más altos en temporada alta.
El aeropuerto queda a 11 km de mi casa, la mayoría de las ciudades europeas tienen buses que conectan los aeropuertos con el centro de las ciudades así que, es lo que hago cada vez que viajo. Me acerco a la estación de tren y me tomo el autobús al aeropuerto (costo en Sevilla 4 euros). El vuelo no es largo así que en un abrir y cerrar de ojos ya estamos allí.
WELCOME TO TOULOUSE
Comencemos como generalmente hago a ubicarla en el mapa, sur de Francia. Listo. Es la cuarta ciudad más poblada de Francia desde el 2020, casi 500 mil habitantes. Sé que en Argentina estos números no impactan mucho, más cuando entre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano superan los 13 millones (creo que me quedo corta), pero en Europa este número es tipo, WOW cuanta gente. Esto es así porque las ciudades son muy pequeñas al igual que sus países. Pero volvamos a lo que nos interesa.
Como tantos países europeos que fueron parte del imperio Romano, acá también nos encontramos con una ciudad realmente antigua con rastros de todos esos siglos que lleva viva. Lo antiguo (romano, medievo) se mezcla con las nuevas urbanizaciones. Toulouse se ha convertido en los últimos años en una ciudad tan importante como Lyon, Marsella, Dublín entre otras. ¿Impresionante no?
Una de las cosas que me marean un poco al llegar a una ciudad nueva es ¿por dónde comienzo a recorrer la ciudad? Generalmente lo que hago al reservar el alojamiento, que siempre suelen ser hostels, es verificar la ubicación, intento siempre que estén lo más cerca del centro posible o en el centro mismo, el radio es 3 km no más. Generalmente los hostels ubicados tan cerca pueden ser un poco más elevados de precios que otros ubicados más a las afueras pero no importa. Siempre busquen algo en el centro porque si uno está muy lejos el dinero se va en transporte y no tiene sentido.
Otro tips que aprovecho a darles en caso de que sean “solo travelers” y mujeres: es que cuando seleccionen un cuarto en un hostels siempre traten de que sea solo para mujeres, como también es importante el dónde está ubicado el baño compartido. Esto se reduce a “baño compartido dentro o fuera de la habitación”. Creo que esto amerita un artículo por sí mismo, así que mejor lo dejo para otra edición.
Volviendo al tema de por dónde arrancar la visita de la ciudad. Las plazas de las ciudades, esas que no parecen plazas para nosotros los argentinos. Que suelen ser el patio de los ayuntamientos o edificios importantes, y están ubicados siempre en el centro de las ciudades. Total, arranquemos por ahí. En Toulouse este rinconcito de ciudad se llama: Place du Capitole o en nuestro hermoso español, Plaza del Capitolio.
La Plaza del Capitolio como su nombre lo indica se encuentra donde está este edificio. Considero yo que es una de las plazas más bellas que vi en mi vida. En su suelo podemos observar la Cruz de Occitania. Es una plaza enorme reservada para la visita de peatones, realización de eventos o mercadillos.
Allí encontramos al edificio del ayuntamiento (como se diría en España) o municipalidad (como en Argentina) o Capitolio. Su construcción fue iniciada en la edad media Siglo XII por las autoridades de la ciudad. Durante los siglos claramente ha sufrido remodelaciones, se han tirado edificios y levantados otros. El más antiguo que aún hoy sigue en pie es una torre del año 1525 que fue utilizada como mazmorra y sede de los archivos municipales. Actualmente es oficina de turismo, genial lugar para pedir un mapa algo súper importante. Bueno, antes de que se me olvide su fachada actual fue construida en 1750.
El interior del edificio es tan majestuoso como todos los edificios franceses a los que tengan la oportunidad de visitar. En el interior de este ayuntamiento la sala que está abierta al público es la Sala de los Ilustres dónde podemos descubrir parte de la historia de la ciudad reflejada en su arte. Realmente los invito a visitar este edificio con sus enormes salones al mejor estilo francés.
BASÍLICA DE SAN SERNÍN
Una vez recorrido esta plaza con su respectivo ayuntamiento, tiramos para una de las construcciones más conocidas de la ciudad la Basílica de San Sernín, la iglesia románica más grande de Occitania, y la segunda más antigua de toda Francia. Es decir WOW!
Está construida en el emplazamiento de la tumba de San Sernín, obispo de Toulouse.
Escuchen esto: martirizado en el año 250. La rue du Taur o calle del Toro que lleva de la Plaza del Capitolio a la basílica debe su nombre justamente a este obispo que según dice la leyenda fue arrastrado por un toro salvaje (tremendo martirio), el lugar donde cayó su cuerpo agotado y casi moribundo se edificó la iglesia del Taur (o iglesia del Toro).
Para aquellos que realizan el Camino de Santiago por la ruta francesa, esta basílica está incluida dentro del recorrido (itinerario por así decirle) de dicho camino.
Hablamos un poco de la basílica aunque no soy experta en esto. Les dejaré acá unos puntitos importantes de su construcción, ya después ustedes se encargarán de conocerla muchísimo mejor. San Sernín forma parte de un grupo de edificaciones con las mismas características: Santa Fe de Conques, San Marcial de Limoges, San Martín de Tours y Santiago de Compostela.
San Sernín es un importante ejemplo de la arquitectura de peregrinación. A continuación voy a detallarles algunas de las características que comparten estas edificaciones: se tratan de grandes construcciones; suelen tener tres fachadas importantes y en las tres o al menos en la occidental encontraremos un gran programa iconográfico; son edificios totalmente abovedados; ofrecen una perfecta acústica y tienen una gran profusión de torres, con un mínimo de tres.
CENTRO HISTORICO DE TOULOUSE Y SUS PALACETES
Una de las cosas que me gusta hacer además de tomar fotos en estas ciudades medievales es recorrer sus callecitas céntricas. En el caso de Toulouse si decidimos perdernos un poquito descubriremos una mezcla de estilos importantes: románticos, góticos, neoclásicos un deleite para la vista. Seguramente les llame la atención la cantidad de palacetes que aún se conservan en esta ciudad. La historia cuenta que durante el siglo XV y XVI se presenció el auge del comercio de textiles teñidos de azul. Este color se alcanzaba con el pigmento de una planta local llamada glasto. Se dice que este color sustituyó al famoso índigo que era más carito proveniente de Asia. Esta burguesía del glasto, creciente hacía eco de su poder adquisitivo con las construcciones de palacetes, que aún hoy adornan el centro de la ciudad. Hay alrededor de unos 200 palacetes en la ciudad, algunos convertidos en hoteles.
El Palacete más famoso de la ciudad se llama Hôtel d’Assézat. Como todos los palacetes posee un gran patio y una torre escalera. Por aquel entonces cuanto más alta la torre más rico era su dueño.
Quiero aclarar antes que nada que un hotel en Francia y Bélgica una especie de residencia señorial o palacete, habitada por un señor, su familia y el personal que los atienda y sirve, no es un HOTEL al estilo nuestro. En 1895 fue donado a la ciudad y hoy es sede de diferentes academias y sociedades científicas. Recomiendo sin lugar a dudas la visita de uno de estos palacetes para que puedan ver lo ostentoso en que vivían aquellos burgueses adinerados. Me gustaría darles un análisis político y sociológico de esta situación “burgueses con palacetes” pero me iría del punto de la nota y posiblemente los aburriría. Así que descúbranlo ustedes mismos.
Algo que no les mencioné sobre Toulouse es que también es conocida como la Ciudad Rosa debido a las construcciones de los edificios, ladrillos con madera y no piedras. Si quieren echarle un vistazo a la ciudad desde lo alto sin utilizar un “drone” les recomiendo el mirador de la última planta de Galeries Lafayette… vista panorámica digna de fotografiar.
Hasta acá un rápido recorrido por una ciudad que enamora no sólo por su historia, sus vistas y sus palacetes. Un destino interesante para cuando el tiempo apremia y el dinero también. No quiero decir que sea barato pero se recorre fácilmente y rápido.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo. AU REVOIR.
NOTA: Fernanda Catanas @argentafotografia para Revista Brooke