Desde que nos sorprendió el coronavirus nos embarcamos en diversas etapas o fases las cuales nos desataron innumerables emociones, muchas de ellas replicaban entre la angustia, el miedo, incertidumbre y la necesidad de saber cómo seguiría el proceso, como sea cada uno fue haciendo y construyendo un historial personal de esta etapa en sus vidas.
Pero lo importante es haberte sentido y escuchado, atendido durante este tiempo, donde la vida nos apretó fuertemente, te pregunto ¿qué crees que salió de vos? puede ser que al inicio salió todo lo más oscuro, pero estamos frente a un tiempo donde la vida nos está permitiendo purificarnos, y mostrar nuestro lado menos amargo.
A desarrollar resiliencia, potenciar la creatividad y movilizar la voluntad para sacar una versión más auténtica, menos mecánica y más conectada con el interno, y el amor más profundo hacia nuestro ser.
Dejar la ansiedad y la urgencia por el consumismo, tomar consciencia de lo que vale el tiempo de paz y autogestión de emociones positivas sin querer llenar espacios internos y emocionales con lo que se te ocurra, es momento de volver a la vida como cuando salís de una sala de cirugía después de haber sobrevivido, salís con el pecho ancho frente a la vida y agradeces solo por el acto de estar vivo y todo tiene un doble sentido hasta el mismo acto de respirar.
Allí por minutos te vuelves consciente de todo lo que realmente importa en esta vida y todo lo que la adorna.
Sácale el jugo a esta fase y despídete o renuncia de la prisa, el estrés y la distancia que tomabas con tu disfrute.
Potencia tu paz, pon reglas claras de que no negociaras por nada ni por nadie, disfruta de lo sencillo y simple de lo que SI tienes.
Deja las carencias y los lamentos, mira y dibuja una sonrisa en tu rostro, eres el actor principal de este momento tan importante que quedara grabado por siempre en la historia, actúa a tu favor y despierta con amor a la vida, solo te invita a que te mires y la vivas sin tantos prejuicios. Solo se feliz hoy, aquí y ahora con lo que te tocó.