Todos los días lo mismo. Mis hijos no me hacen caso. Me responden de mala manera o ni siquiera se molestan en hacerlo. Mi pareja no me escucha. Reclamo por lo no hecho y nadie se hace cargo.
Dejá, para hacerlo de esa manera mejor lo hago yo. Dejá, hasta que vos vayas yo ya fui y lo hice dos veces. Dejá, yo puedo. Puedo con todo.
Como dije, todos los días lo mismo. Y pese a todo, la casa, y el día a día, un caos total. ¿Mis relaciones? Y, ahí van, tirando como quien dice. ¿Mi tiempo? Para mí, cero. Para otros, todo. ¿Mis sueños? Solo de noche, y a veces. ¿Mis metas? Para después. ¿Mi espacio para el ocio? Cuando fui niña. ¿Mis ganas de no hacer nada? Prohibidas. ¿Mi sonrisa? Alguna vez, hace un tiempo…
Hasta acá, la imagen y reflejo de muchas de nosotras. A partir de hoy, ensayemos nuevas posibilidades, siempre y cuando por supuesto, elijas el cambio.
¿Qué buscar? ¿Cómo hacerlo? ¿Para qué? ¿Qué respuestas te aparecen si te menciono estas dos palabras? ORDEN y ARMONIA.
Respira profundo. Repetilas. ¿Cómo te suena?
Sí, ya sé. Me vas a decir que no lo vas a lograr. Que “ellos” van a seguir haciendo lo mismo. Que nada cambiará. Y quizás tengas razón. Sobretodo, si seguís VOS haciendo lo mismo.
Quizás te equivoques, y pequeños cambios tuyos generen grandes cambios de conducta en otros. El orden invita no solo a que cada cosa encuentre su lugar, sino que estés rodeada de cosas, momentos y relaciones que contribuyan al fluir sin tanto obstáculo. Orden en tu guardarropa, orden en tu escritorio, orden en tus finanzas, orden en tu agenda, orden en tus relaciones…
La armonía, es la emoción que te ayudará a lograrlo. Equilibrio, proporcionalidad, entendimiento entre dos o más personas, música y aromas relajantes, paz…
Ya tenes dos de los tres ingredientes. Toma nota a continuación del ingrediente clave: VOS.
¿Por qué te responsabilizo a vos? Simple: ¿Quién debe aprender a decir que no? ¿Quién tiene el desafío de aprender a delegar? ¿Quién debe confiar y dejar hacer? ¿Quién debe preocuparse por su propio bienestar? ¿Quién debe aprender a pedir? ¿Quién debe ser la primera en hablar sin gritar?
¿Quién sino VOS debe decidir ordenar y armonizar? ¿Quién sino vos tiene el poder de elegir estar y ser mejor con vos misma y con los demás?